28 de Septiembre

Verdadero nombre: Juan José de los Reyes Martínez
Nació en Guanajuato (como se sabe ciduad minera) y los mineros le habían apodado, desde muchacho, el Pípila, nombre que se le da en el bajío al guajolote o pavo doméstico, quizá por las pecas que llenaban su cara dándole el aspecto punteado del plumaje de esas aves.

El Pípila existió, pero fueron varios, afirma Villalpando
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El titular de Conmemoraciones. Foto: Martín Salas
Entre las definiciones que el diccionario de la Real Academia Española otorga a la palabra mito se encuentra la que se refiere a una “Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen”.

La historia del proceso de Independencia está llena de ellos y quizá el más extendido es el del Pípila, el minero que con una losa en la espalda, la brea en una mano y la tea ardiendo en la otra, logró quemar la puerta de la Alhóndiga de Granaditas para permitir el ingreso de las fuerzas insurgentes.

“En realidad sí existió, pero no es uno solo, son varios”, cuenta José Manuel Villalpando, coordinador ejecutivo de las Conmemoraciones de 2010; “el mito del Pípila se origina a partir de la lectura que se puede hacer de la obra de Carlos María de Bustamante, donde habla de cómo los mineros de Guanajuato, cubiertos con unas losas, se acercaron como si fuera una legión romana a las puertas de la Alhóndiga y la derribaron.”

El problema, recalca por su parte Alejandro Rosas, autor del libro Mitos de la historia mexicana. De Hidalgo a Zedillo, es que una vez que se comienzan a dar las pensiones por la Independencia, comenzaron a salir pípilas por todos lados.

“Ese tipo de historias siempre es necesario para construir una identidad. El problema es que en México se abusó de los mitos: este te puede ayudar a contar la historia, sobre todo para que de niño te puedas acercar a ella; pero, por ejemplo, como suele suceder con los Reyes Magos, no vas a creer en ellos a los 18 años., afirma Rosas”

El punto es que la historia oficial convirtió a esos mitos en una realidad y es ahí donde está el abuso, cuando los hechos comprobables dicen lo contrario. Sin embargo, se trata de versiones que no suelen
hacerle daño a la historia académica, por el contrario, contribuye a la identidad.

FUENTE
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Yo soy del estado de Guanajuato y acá incluso se comenta que efectivamente no existió ni uno ni muchos pipilas... ya ven cómo nos comen el coco con cosas que se inventan y luego que "dijo mi mamá que siempre no había existido" o que siempre no eran tan niños los niños héroes, o que X Y y Z jeje pero bueno, le ponen sal al guacamole
saludos!